Basándose en la teoría del cuanto de Planck, en 1905 Albert Einstein demostró que un haz de fotones produce electricidad al excitar los electrones de determinados materiales. Pero Einstein no sólo teorizó, estaba al tanto de los resultados experimentales del cuerpo negro, fotoluminiscencia y rayos catódicos y ultravioletas.
Dijo que estos datos se entendían mejor razonando que la luz se distribuía por el espacio de un modo discontinuo. Los cuantos de Einstein aparecían en el rayo de luz en números finitos, en paquetes indivisibles llamados cuantos de acción, cuantos de radiación o fotones. Einstein concluyó que los paquetes de fotones se recibían y generaban por unidades completas pero discontinuas respecto de los otros paquetes.
Gracias al cuanto de acción/radiación propuesto por Planck y Einstein se desarrolló la moderna industria solar fotovoltaica, tecnología que da electricidad a viviendas, fábricas y vías públicas. Si una parte del dinero invertido en asuntos inútiles desde 1905 hasta ahora se hubiese destinado a la investigación, desarrollo y comercio de las energías limpias los paneles que convierten la luz solar en electricidad estarían baratos y su eficiencia rondaría el 100 por 100, ahora no sube del 15 por 100. Por el contrario, los paneles termo solares tienen un rendimiento calórico superior al 70 por ciento. Aunque los paneles termo solares situados en viviendas y oficinas no se destinan a producir electricidad sino calor, la diferencia del índice de eficiencia es sugerente.
Pero Estados Unidos vive el boom de la venta de paneles solares. Hay varias razones que explican el entusiasmo de los estadounidenses por las energías limpias: el respeto por el medio ambiente, módulos fotovoltaicos más baratos, reducción del precio de la instalación y medidas políticas de apoyo. Desde enero de 2010 se han instalado 1865 proyectos solares no residenciales, contabilizando unos 25,9 GW instalados o que están siendo ya instalados. Solamente California da lugar al 61 por ciento de esos proyectos favorecidos por medidas estatales a favor de la energía solar. Le siguen los estados de Arizona, Nevada, Texas, New Jersey y New Mexico, y todos continúan creciendo con éxito [1].
No todo es miel sobre hojuelas, a pesar del boom algunas empresas estadounidenses han tenido que cerrar porque el ritmo de ventas no compensaba los gastos. Las empresas occidentales de este sector tienen que competir con las empresas asiáticas para sobrevivir. Además, varias compañías estadounidenses y europeas han deslocalizado a China, Malasia y México en busca de ventajas. A cambio, empresas conocidas como Evergreen Solar, Ascent y Solyndra cerraron. La deslocalización rompe el tejido laboral occidental, las compañías occidentales asentadas en Asia y otros lugares se benefician de incentivos fiscales y salarios bajos pero cobran una parte de sus productos en libras esterlinas, dólares y euros, un modo de acumular capital para seguir con la pugna comercial a costa de disminuir el empleo en Europa y los Estados Unidos.
First Solar, la compañía de Arizona, aguanta el tirón. Esta compañía fue famosa hace un tiempo por haber diseñado paneles solares con una tecnología de semiconductores basada en una capa fina de teluro de cadmio, más eficiente y económica que la basada en el silicio. La compañía logró bajar de forma significativa sus costes, hoy están en los 0,75 dólares por vatio y pretende llegar a 0,52 para 2014. First Solar, que también tiene negocio en Alemania y Malasia, comenzó su producción comercial en 2002 y espera generar 2,5 gigavatios al final de 2012.
Leí en El País un artículo firmado por Juan Gómez y Rafael Méndez [2] que avisa de un plan de los gobernantes alemanes para reducir las ayudas a la electricidad fotovoltaica. El ministro de Medio Ambiente del Gobierno alemán, Norbert Röttgen, anunció que el Gobierno planea recortar las subvenciones a la energía solar para “reducir” la conexión de nuevos paneles. Escriben los periodistas:
“Según cálculos de RWI, un instituto económico, las subvenciones a la energía ganada por los paneles fotovoltaicos conectados entre 2000 y 2011 costarán unos 100.000 millones de euros. La energía solar se come el 56% de las subvenciones destinadas a las renovables, pero solo representa el 20% de la producción eléctrica de dichas fuentes. La fotovoltaica percibió en 2011 ayudas por más de 8.000 millones de euros”.
“Alemania ha vivido una eclosión de la solar fotovoltaica muy superior a la que en 2008 disparó la alarma en España y llevó al Ministerio de Industria a recortar las primas ya acordadas (un caso que sigue en los tribunales internacionales). Berlín esperaba instalar el año pasado menos de 5.000 megavatios fotovoltaicos (la potencia de cinco nucleares). Sin embargo, a final de año descubrió que la potencia añadida era de unos 7.500 megavatios. Eso es más del doble de lo que instaló España el año de la burbuja. Hoy, Alemania tiene casi 25.000 megavatios fotovoltaicos instalados frente a los 4.000 de España”.
“La previsión de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para 2011 cifraba en 5.361 millones el importe de las primas para las renovables en España. De ellas, la mayor parte corresponderían al sector solar fotovoltaico (2.203 millones), seguido por el eólico (1.850 millones) y la solar termoeléctrica (391 millones). Las primas están garantizadas durante 25 años a los productores y ahora se suma la construcción de enormes centrales termosolares”.
Datos tan interesantes como provisionales de un sector competitivo donde intervienen capitales públicos y privados, esto sucede en una economía enturbiada por las maniobras perversas del gran capital.