El espacio
que hay entre la superficie terrestre y la ionosfera constituye una cavidad por
la que resuena el campo electromagnético terrestre. Parecido a la caja de
resonancia de una guitarra o de un violín el espacio entre la superficie y la
ionosfera permite que se propague un pulso electromagnético cuya frecuencia es
de 7,5 Herzios. También resuenan los múltiplos de la frecuencia dominante en ciclos
de 15 Hz, 22,5 Hz, etc.
A este tipo de ondas resonantes se las llama ondas de Shumann en honor al físico alemán Winfried Otto Schumann (1888-1974) que predijo su existencia en 1952. La resonancia Schumann es un conjunto de picos en la banda ELF (extremely low frequencies: frecuencia extremadamente baja) del espectro electromagnético de la Tierra. La capa superior de la cavidad resonante es la ionosfera, que se extiende entre los 80 y los 500 kilómetros de altura. Las ondas de Shumann se generan por la actividad de los rayos atmosféricos, los rayos son los agentes que provocan la resonancia entre la superficie terrestre y la capa ionosférica de la cavidad.
Pero varios años antes de que W. Shumann hiciese su
descubrimiento el enigmático Nikola Tesla observó y midió unas ondas estacionarias producidas en las
tormentas. Su hallazgo tuvo lugar en Colorado Springs en 1900, esta población
se hallaba a 100 kilómetros de Denver y era famosa por su aire saludable, por
sus manantiales de agua y por los yacimientos de oro que había en sus
alrededores. Tesla trató de averiguar si la superficie terrestre tenía carga
eléctrica, para ello diseñó un tubo de vidrio que contenía limaduras de hierro
en su interior que respondían ante las chispas y el paso de ondas
electromagnéticas. Con posterioridad mejoró el diseño del cohesor y pronto
descubrió que la tierra estaba llena de vibraciones eléctricas, fue tal su
sorpresa que pensó que el planeta es un organismo vivo.
Tesla observó que los pulsos electromagnéticos que se
propagan entre la superficie terrestre y la ionosfera forman ondas
estacionarias. Estas ondas se caracterizan por tener las mismas amplitudes y
longitudes pero se propagan en sentidos opuestos, esto hace que interfieran para
formar una única onda que es
estacionaria en el tiempo. Le llevó un tiempo entender donde se reflejaban las
ondas estacionarias, al principio pensó que rebotaban en un punto opuesto de
la corteza terrestre pero luego cambió su opinión y razonó que la onda se
originaba en la nube de tormenta y rebotaba en un punto del suelo que hacía de
nodo.
Estudios posteriores al descubrimiento de Shumann han puesto de
relieve que el pulso electromagnético terrestre afecta a la biología de las
plantas, los animales y los humanos. Ese latido primordial que barre la cavidad
resonante desde tiempos inmemoriales se descubrió en 1952 y aún reserva
sorpresas.