
El oxígeno es responsable de los dos colores primarios de las
auroras, el verde/amarillo a una longitud de onda energética de 557,7 nm,
mientras que el color más rojo lo produce una longitud menos frecuente en estos
fenómenos a 630.0 nm. El nitrógeno, al que una colisión le puede desligar
alguno de sus electrones de su capa más externa, produce una luz azulada,
mientras que las moléculas de Helio son muy a menudo responsables de la
coloración rojo/púrpura de los bordes más bajos de las auroras y de las partes
más externas curvadas.
Por lo habitual las auroras a baja altura
son de color verde, a doscientos kilómetros de altura tienen un cromatismo
rojizo y a quinientos kilómetros son azuladas. La imagen de abajo muestra una
aurora roja
![]() |
Credit: John Chumack |
En la imagen siguiente vemos una aurora azul por
desexcitación de los átomos de nitrógeno en la atmósfera.
![]() |
Micha Bäuml (Straumfjord, Noruega) |
Cuando bajamos del medio atmosférico al terrestre
nos encontramos con que algunos bloques de hielo tienden a ser azulados, esto
se debe al efecto dispersivo del hielo que hace que sólo se reflejen los
fotones azules en detrimento de otros colores. Mientras que la nieve es blanca
porque la luz que le llega se refleja en una capa muy delgada de su superficie.